Joya de
Cerén es un sitio precolombino de El Salvador situado en las proximidades de
San Juan Opico y Las Flores, en el departamento de La Libertad, en la región
cent occidental de El Salvador. Estuvo habitado al menos desde el año 400 por
un pueblo agrícola tributario de San Andrés y fue abandonado alrededor del año
600 a causa de la erupción de la Laguna Caldera. El sitio permite apreciar la
vida cotidiana de un pueblo maya agricultor de hace 1.400 años (siglo VII), el
único conocido en El Salvador.
Es uno de
los sitios arqueológicos más importantes de Meso américa porque muestra cómo era
la vida de la gente común y corriente. Por eso se le llama a menudo la Pompeya
de América, en comparación con el sitio arqueológico de Pompeya, localizado en
Italia.
En 1993,
Joya de Cerén fue declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco
Las casas de
los pobladores de Joya de Cerén están formadas por 3 estructuras separadas: los
dormitorios, la cocina (en donde se han desenterrado cuchillas, piedras de
moler, vasijas con restos de comida (frijoles, cacao y chilles), platos de
barro, entre otros) y la bodega; y pueden tener una cuarta estructura (ya sea:
taller, temazcal, etc.). Las casas tenían sus terrenos de cultivo y en algunos
casos estaban limitadas por un cerco de madera.
Las
estructuras religiosas son la estructura 10 (con función posiblemente religiosa
como una cofradía) y la estructura 12 (la casa del shaman o líder religioso del
sitio). Las estructuras políticas son: la estructura 3 (la estructura más
grande de Joya de Cerén) que está unida a través de una plaza con la estructura
13.
Alrededor
del año 250 las grandes partes de la zona central y oeste de El Salvador fue
soterrada bajo densas capas de ceniza provenientes del volcán Ilopango. El área
fue abandonada y la evolución cultural del período preclásico tardío maya fue
interrumpida por muchos siglos hasta que la ceniza se convirtió en suelo
fértil.
El
restablecimiento no comenzó sino hasta alrededor del año 400. El asentamiento
de Joya de Cerén fue fundado antes de finalizar el siglo VI.
No mucho
después, alrededor del año 600, Joya de Cerén fue destruida por la erupción de
Loma Caldera, situado a menos de 1 km del asentamiento. Aunque la erupción
afectó solamente unos 5 km², ésta enterró la aldea bajo 14 capas de ceniza la
cual cayó en varias oleadas a temperaturas que oscilaban entre 100 y 500 °C,2
protegiéndola contra los elementos. Se cree que los aldeanos lograron huir a
tiempo, porque no se ha encontrado ningún cuerpo. Dejando atrás los utensilios,
cerámica, y alimentos.
El sitio fue
descubierto en 1976 cuando se preparaba el terreno para construir silos para el
Instituto Regulador de Abastecimientos (I.R.A.). Se realizó el primer análisis
en 1978 y 1980 por el Dr. Payson Sheets, profesor de antropología de la
Universidad de Colorado en Boulder, Estados Unidos.
Los trabajos
de excavación fueron interrumpidos por la Guerra Civil de El Salvador pero
fueron retomados en 1989 hasta 1996.
Se han
excavado 10 estructuras, habiendo otras más aún soterradas. Aún se desconocen
los límites del sitio, pues en la actualidad se continúa la prospección
arqueológica.
El nuevo
poblado de Joya de Cerén, situado a menos de un kilómetro de distancia de las
estructuras descubiertas, está conformado en su mayoría por campesinos que
cultivan sus propias parcelas, utilizando casi las mismas técnicas
rudimentarias de los antiguos habitantes del destruido pueblo de Joya de Cerén.
En la actualidad dichos habitantes se han convertido en grandes colaboradores
de las excavaciones y en la conservación del sitio.
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